El
Instituto Superior de Ciencias Religiosas “Beata
Victoria Diez” de Córdoba es un centro que imparte el
Grado en ciencias religiosas, tiene reconocimiento civil y ya cuenta
con un buen número de alumnos que, al terminar sus estudios, van
presentando sus trabajos de investigación. El Instituto inició su
andadura en el curso 2005-2006 ofreciendo formación teológica y
universitaria de grado superior, de modo que mediante una reflexión
sólida, metódica, sistemática y científica de la fe cristiana los
católicos podamos dialogar con las diferentes corrientes de
pensamientos que se dan en otras religiones, en filosofía, en la
historia o en cualquiera de las otras ciencias humanas. En
definitiva, capacita para poder elaborar una síntesis entre la fe y
la cultura en las circunstancias singulares de las iglesias
particulares y promover la búsqueda de respuestas a los
interrogantes humanos.
Entre
los fines del Instituto, como tarea esencial propia de toda
universidad, están la docencia y la investigación, pero sobre
materias específicas de una Universidad Católica como son las
Ciencias Religiosas, el Cristianismo y las religiones, la Teología
Pastoral y la Pedagogía Didáctica de la Religión. Además de su
dimensión docente, el Instituto ha promovido la investigación de
diversos temas de interés, vía trabajos de diplomatura o tesis de
licenciatura, contando ya con un significativo número de
aportaciones. De este modo se revela, a la vez que se inserta en la
gran corriente de las universidades católicas, como un centro de
creatividad y de irradiación del saber para el bien de la humanidad
que indicara Juan Pablo II en la Constitución Apostólica Ex
Corde Eclesiae de 15 agosto de 19902.
El
Instituto se inserta en el proyecto cultural de la Iglesia de
Córdoba porque, como señala el obispo de Córdoba, don Demetrio
Fernández, en su Carta pastoral de comienzo de curso 2015-2016,
en un mundo plural que está sediento de Dios la Iglesia sigue
sensible a la cultura como lo fue en otros tiempos históricos. Y
esto es algo de lo que nadie debe extrañarse dado que el fin de la
Iglesia es la evangelización y como herederos de una historia de
amor de Dios con su pueblo, el Pueblo de Dios, al enseñar nuestra
historia, enseñamos lo que Dios ha hecho en ella3.
De
la primera promoción de alumnos del Instituto salieron una
serie de tesis de licenciatura que se publicaron
inmediatamente como las de Vida trinitaria y oración
contemplativa en San Juan de la Cruz de Cecilia de Novales
Añibarro; La Iglesia en Benamejí (1854-1858) de José María
Velasco Cano; La dimensión personal del embrión humano de
Concepción Iglesias Ortiz; “Caritas in veritate” y el
compromiso por el trabajo humano y el desarrollo humano de
Mª Carmen Martínez. Otras quedan pendientes de publicación, como
las de Pilar Fonseca Jeremías sobre Educación y Educadores
católicos: características y perfil, y Ana María Jiménez López
que abordó el tema “Uno en Cristo Jesús” (Ga 3,28) La
igualdad hombre y mujer en las comunidades paulinas. Breve estudio
comparativo sobre el tratamiento de la mujer en el mundo grecorromano
(s. I A.C.) Sociedad civil versus Iglesias de San Pablo.
Más
recientemente se han defendido trabajos de investigación realizados
por los alumnos que terminaron su licenciatura: en septiembre de 2015
Rafael Rueda Jarit lo hizo sobre el tema La realeza de la Virgen
María en Córdoba y en diciembre, un mes rico en la lectura de tesis de licenciatura, expusieron
sus trabajos Juan Enrique Redondo Cantueso sobre La
alfabetización religiosa en el camino
de la nueva evangelización: claves educativas frente al
analfabetismo religioso desde la enseñanza religiosa escolar;
Asunción Saint-Geron
Bernadó sobre
El obispo de Córdoba Pedro
Antonio de Trevilla y su adhesión a José I: consecuencias políticas
y judiciales.
Muchas
personas, católicos o no, creyentes o no, se preguntarán
¿Y todo esto para qué sirve? No es fácil en dos líneas explicar
la importancia de la investigación en cualquier campo del
conocimiento y cómo la historia avanza sobre sus
aportaciones. Y en cuanto a la
investigación teológica y de ciencias
religiosas, sinceramente creo que ante
la brecha existencial que atraviesa al ser humano contemporáneo,
aparentemente dueño de si mismo, libre e independiente y
permanentemente insatisfecho y más infeliz de lo que se cree, los
estudios religiosos y teológicos ayudan a la comprensión de la
propia realidad humana y dan respuesta a ese gran vacío interior que
suele ser una de las características del hombre actual. Al menos esa
ha sido mi gran experiencia personal. En otro momento iré
desgranando qué
aportan al bien general del ser humano, cada una de estas
investigaciones.
1
Juan Pablo II.
Discurso de Juan Pablo II durante la inauguración solemne del
año académico en la Universidad de Roma III, jueves 31 de
enero de 2002, L'Osservatore Romano 8-02-2002
2
Juan Pablo II, Constitución Apostólica Ex Corde
Eclesiae, 15 agosto de 1990.
3
Demetrio
Fernández
González,
obispo de Córdoba. “Yo
confío en tu misericordia”(Salmo 13, 6). Año
de la Misericordia. Carta
pastoral al inicio
del curso 2015-2016. Córdoba
•
1 de septiembre de 2015, pp.
54 y 55.
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