lunes, 8 de febrero de 2016

Investigar es irradiar el saber para bien del ser humano, también en Teología. El Instituto Superior de Ciencia Religiosas de Córdoba “Victoria Diez”.

Juan Pablo II señaló que “de quien trabaja en el ámbito de la investigación científica dependen en gran parte la renovación de nuestra sociedad y la construcción de un futuro de paz mejor para todos”1. No suelen ser conocidos, fuera de los ámbitos académicos, los esfuerzos realizados por los centros universitarios de la Iglesia Católica en las diversas instituciones académicas que tiene, ni voy a hacer ahora un listado de las grandes aportaciones de cualificados y consagrados teólogos, pero sí quiero recabar la atención sobre aquellos hombres y mujeres católicos que, día a día, compatibilizando en un considerable esfuerzo con su vida familiar y laboral, se esfuerzan no sólo por estudiar y saber dar una respuesta razonada sobre su fe, sino que contribuyen a ese cachito de bien por la paz y la humanidad desde su investigación concreta en alguno de los campos que le ofrecen las instituciones docentes de ámbito superior, como ocurre en Córdoba.

El Instituto Superior de Ciencias Religiosas “Beata Victoria Diez” de Córdoba es un centro que imparte el Grado en ciencias religiosas, tiene reconocimiento civil y ya cuenta con un buen número de alumnos que, al terminar sus estudios, van presentando sus trabajos de investigación. El Instituto inició su andadura en el curso 2005-2006 ofreciendo formación teológica y universitaria de grado superior, de modo que mediante una reflexión sólida, metódica, sistemática y científica de la fe cristiana los católicos podamos dialogar con las diferentes corrientes de pensamientos que se dan en otras religiones, en filosofía, en la historia o en cualquiera de las otras ciencias humanas. En definitiva, capacita para poder elaborar una síntesis entre la fe y la cultura en las circunstancias singulares de las iglesias particulares y promover la búsqueda de respuestas a los interrogantes humanos.

Entre los fines del Instituto, como tarea esencial propia de toda universidad, están la docencia y la investigación, pero sobre materias específicas de una Universidad Católica como son las Ciencias Religiosas, el Cristianismo y las religiones, la Teología Pastoral y la Pedagogía Didáctica de la Religión. Además de su dimensión docente, el Instituto ha promovido la investigación de diversos temas de interés, vía trabajos de diplomatura o tesis de licenciatura, contando ya con un significativo número de aportaciones. De este modo se revela, a la vez que se inserta en la gran corriente de las universidades católicas, como un centro de creatividad y de irradiación del saber para el bien de la humanidad que indicara Juan Pablo II en la Constitución Apostólica Ex Corde Eclesiae de 15 agosto de 19902.

El Instituto se inserta en el proyecto cultural de la Iglesia de Córdoba porque, como señala el obispo de Córdoba, don Demetrio Fernández, en su Carta pastoral de comienzo de curso 2015-2016, en un mundo plural que está sediento de Dios la Iglesia sigue sensible a la cultura como lo fue en otros tiempos históricos. Y esto es algo de lo que nadie debe extrañarse dado que el fin de la Iglesia es la evangelización y como herederos de una historia de amor de Dios con su pueblo, el Pueblo de Dios, al enseñar nuestra historia, enseñamos lo que Dios ha hecho en ella3.

De la primera promoción de alumnos del Instituto salieron una serie de tesis de licenciatura que se publicaron inmediatamente como las de Vida trinitaria y oración contemplativa en San Juan de la Cruz de Cecilia de Novales Añibarro; La Iglesia en Benamejí (1854-1858) de José María Velasco Cano; La dimensión personal del embrión humano de Concepción Iglesias Ortiz; “Caritas in veritate” y el compromiso por el trabajo humano y el desarrollo humano de Mª Carmen Martínez. Otras quedan pendientes de publicación, como las de Pilar Fonseca Jeremías sobre Educación y Educadores católicos: características y perfil, y Ana María Jiménez López que abordó el tema “Uno en Cristo Jesús” (Ga 3,28) La igualdad hombre y mujer en las comunidades paulinas. Breve estudio comparativo sobre el tratamiento de la mujer en el mundo grecorromano (s. I A.C.) Sociedad civil versus Iglesias de San Pablo.

Más recientemente se han defendido trabajos de investigación realizados por los alumnos que terminaron su licenciatura: en septiembre de 2015 Rafael Rueda Jarit lo hizo sobre el tema La realeza de la Virgen María en Córdoba y en diciembre, un mes rico en la lectura de tesis de licenciatura, expusieron sus trabajos Juan Enrique Redondo Cantueso sobre La alfabetización religiosa en el camino de la nueva evangelización: claves educativas frente al analfabetismo religioso desde la enseñanza religiosa escolar; Asunción Saint-Geron Bernadó sobre El obispo de Córdoba Pedro Antonio de Trevilla y su adhesión a José I: consecuencias políticas y judiciales. 

Muchas personas, católicos o no, creyentes o no, se preguntarán ¿Y todo esto para qué sirve? No es fácil en dos líneas explicar la importancia de la investigación en cualquier campo del conocimiento y cómo la historia avanza sobre sus aportaciones. Y en cuanto a la investigación teológica y de ciencias religiosas, sinceramente creo que ante la brecha existencial que atraviesa al ser humano contemporáneo, aparentemente dueño de si mismo, libre e independiente y permanentemente insatisfecho y más infeliz de lo que se cree, los estudios religiosos y teológicos ayudan a la comprensión de la propia realidad humana y dan respuesta a ese gran vacío interior que suele ser una de las características del hombre actual. Al menos esa ha sido mi gran experiencia personal. En otro momento iré desgranando qué aportan al bien general del ser humano, cada una de estas investigaciones.



1 Juan Pablo II. Discurso de Juan Pablo II durante la inauguración solemne del año académico en la Universidad de Roma III, jueves 31 de enero de 2002, L'Osservatore Romano 8-02-2002

2 Juan Pablo II, Constitución Apostólica Ex Corde Eclesiae, 15 agosto de 1990.


3 Demetrio Fernández González, obispo de Córdoba. “Yo confío en tu misericordia”(Salmo 13, 6). Año de la Misericordia. Carta pastoral al inicio del curso 2015-2016. Córdoba • 1 de septiembre de 2015, pp. 54 y 55.

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